La Antártida ha capturado la imaginación de exploradores y científicos durante décadas. Sin embargo, en los últimos tiempos, ha dejado de ser solo un destino para aventureros intrépidos y se ha convertido en un terreno fértil para proyectos internacionales de investigación por parte de los diferentes ministerios científicos de los países miembros del Tratado Antártico, entre los que se encuentra España, contando con el apoyo de empresas en el patrocinio de dichos proyectos de investigación.
Cabe destacar, en este sentido, que la Antártida se rige por el Tratado Antártico, mencionado anteriormente, siendo los gobiernos de los países miembros los que deciden qué proyectos se llevan a cabo en el continente.
La Antártida es conocida por su inmenso paisaje helado, pero pocos son conscientes de la intensa actividad volcánica que se oculta bajo su superficie. Uno de los actores clave en este campo es el Instituto Geográfico Nacional Español (IGN). Este organismo desempeña un papel fundamental en la investigación de la actividad volcánica antártica. Mediante el uso de tecnología avanzada, como sensores sísmicos y equipos de medida de deformación (GPS), el IGN ha logrado recopilar valiosa información sobre los volcanes en la región al tratarse de una razón de seguridad internacional.
La tarea de estudiar los volcanes en la Antártida es desafiante debido a las condiciones extremas y el acceso limitado a estas áreas remotas. La investigación llevada a cabo por el IGN se ha traducido en el monitoreo de la actividad volcánica y la generación de modelos para comprender mejor los procesos volcánicos en este entorno único.
Por ello, debido a la existencia de volcanes activos en este continente y la necesidad de crear una red más robusta para llevar a cabo estas tareas de vigilancia volcánica, así como desarrollar un potente sistema de comunicaciones, es preciso recurrir a la producción de energía que suministre electricidad para el correcto funcionamiento de estos sistemas. Asimismo y, debido a las condiciones extremas de este entorno, así como la situación actual relativa al cambio climático, esta fuente de energía debe ser renovable, limpia y sostenible.
Aquí es donde cuenta con papel protagonista Solar360 como patrocinador de parte de este proyecto, junto al Instituto Geográfico Nacional, con el objetivo de llevar a cabo la instalación de placas solares en la Antártida que permitan suministrar energía a la red de vigilancia volcánica y los sistemas de comunicación en Isla Decepción.
Función de Solar360 como patrocinador del proyecto
Para llevar a cabo una correcta labor de monitorización de la actividad volcánica en la Isla Decepción, Antártida, el suministro eléctrico es una necesidad imperativa durante el invierno. Es aquí donde Solar360 juega un papel de vital importancia, al ser uno de los patrocinadores con parte de los paneles y las baterías necesarias para cumplir con las necesidades energéticas de la Isla. Para ser más exactos, desde Solar360 hemos contribuido a este proyecto con los siguientes materiales: 16 paneles de 385 W (Modelo JAM60S20/MR-BF 385) y 24 baterías de 2V (Modelo OPzV2600 2V).
La función principal de los paneles y las baterías se focaliza en el suministro y almacenamiento de energía eléctrica para el correcto funcionamiento de todos los sistemas dedicados a la vigilancia de la actividad volcánica de la Isla Decepción, así como al sistema de comunicaciones. Esta instalación permite la monitorización de los equipos instalados para el registro sísmico y de deformación, proporcionando la energía necesaria para mandar los datos obtenidos desde la Isla Decepción a Madrid en tiempo real durante todo el año en la historia antártica.
Los datos que se obtengan a través de estos equipos van a permitir aportar un contexto real sobre la actividad volcánica en la Isla, contando tanto con los datos de las estaciones sísmicas como las estaciones de medida de deformación de la red de vigilancia volcánica del entorno. Además, gracias a esta labor de monitorización se puede conocer en tiempo real la situación del volcán, lo que se traduce en la posibilidad de abrir la base de manera fiable y segura en cada campaña, así como obtener información de la actividad sísmica durante los 365 días del año.
Estos paneles y las baterías llegaron a la Antártida, en barco desde Cartagena el día 15 de febrero después de haber recorrido más de 12.500km durante una travesía de casi 40 días, a través de los océanos Atlántico y Antártico y han sido los responsable del Ejército de Tierra en la BAE GdC los que se encargaron de la instalación de los paneles en el Módulo Taller, durante la XXXVI Campaña Antártica Española.
Además del suministro a los equipos de comunicación para la monitorización, cuando la energía producida a través de las placas solares instaladas sea superior a la energía precisada por los sistemas de monitorización y comunicación, esta energía será almacenada por las baterías y utilizada para las necesidades de la Base Antártica Gabriel de Castilla, proporcionado así un uso de energía limpias en la base española en Antártida. Más concretamente, este excedente de energía permitirá dar suministro eléctrico al Módulo de Vida, donde el ejército, científicos, investigadores… duermen y llevan una vida cotidiana durante la campaña.
Por último, especial mención al Comité Polar, como autoridad española encargada de gestionar los proyectos de investigación e innovación en España en las zonas polares.
