¿Sabías que dos hogares con las mismas características pueden tener facturas de la luz muy diferentes? Y no solo por el tamaño de la familia, la forma en que utilizamos la energía en casa marca la diferencia.
Todos buscamos formas de ahorrar en nuestro día a día, sin embargo, antes de implementar estas medidas, es fundamental saber cuánta energía consumimos y cuánto dinero gastamos en casa. Conocer estos detalles nos permitirá tomar decisiones más informadas y optimizar el consumo de energía en nuestro hogar.
El ahorro energético no solo se trata de ser más sostenibles y reducir nuestro impacto ambiental, también implica maximizar el rendimiento de nuestro dinero. Además, al identificar las áreas de mayor consumo, podemos enfocarnos en aquellas donde se pueden lograr los mayores ahorros. En este post descubrirás un desglose de las principales ideas para ahorrar energía afectando a la potencia, la luz, los electrodomésticos, entre otros.
Cuánta energía consumen y gastan las casas españolas
El consumo energético en los hogares españoles varía según varios factores, como el tamaño de la vivienda, la ubicación, el número de ocupantes de la vivienda, los hábitos de uso y el tipo de energía utilizada, entre otros. Sin embargo, se pueden ofrecer cifras aproximadas basadas en datos generales.
Según una encuesta realizada por Eurostat en colaboración con el Gobierno español y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el consumo medio anual de energía en los hogares españoles en 2023 ha sido de 3.487 kWh. Este dato es un indicador clave para entender el uso de la energía en el país y para identificar áreas donde se pueden implementar medidas de ahorro energético en el hogar.
Este consumo de energía en las viviendas se reparte principalmente entre calefacción, agua caliente, electrodomésticos, iluminación y otros dispositivos electrónicos. En promedio, el desglose del consumo energético en una vivienda típica en España es el siguiente:
Climatización. Entre un 40% y 60% del total, siendo los meses de invierno los de mayor demanda.
Agua caliente sanitaria. Representa alrededor del 15% al 20% del consumo energético anual.
Electrodomésticos. Consumen entre el 20% y 30% del total, con el frigorífico y la lavadora como los principales consumidores.
Iluminación. A pesar del uso de las bombillas LED, sigue representando un 4% a 6% del consumo total.
Otros dispositivos electrónicos. Los dispositivos móviles, ordenadores o de otro tipo suponen aproximadamente un 10% a 15% del consumo energético del hogar.
Este consumo medio de 3.487 kWh en 2023 refleja una ligera disminución respecto a años anteriores, lo que podría ser resultado de la adopción de tecnologías más eficientes para la producción de energía, como las placas solares y creciente concienciación sobre la eficiencia energética.
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Ideas para ahorrar energía
¿Qué podemos hacer para ahorrar energía? El ahorro energético en el hogar es una de las formas más efectivas de reducir costos y contribuir al cuidado del medio ambiente. Implementar medidas de ahorro energético en casa no solo disminuye la factura eléctrica, sino que también tiene un impacto positivo en la sostenibilidad.
A continuación, te presentamos una serie de ideas para ahorrar energía y consejos para lograr un ahorro energético en tu casa:
Baja la potencia eléctrica
Si te vas de vacaciones por un período prolongado, una de las primeras medidas de ahorro de energía en el hogar es ajustar la potencia de luz contratada. La potencia eléctrica contratada, también conocida como término fijo, es el coste fijo que pagas cada mes, independientemente del consumo que realices. Se mide en kilovatios (kW) y representa la cantidad máxima de energía que podemos usar al mismo tiempo.
Al reducir la potencia mientras no estás en casa, puedes disminuir significativamente el coste fijo de tu factura:
Cuanta más potencia contratemos, más electrodomésticos podrán funcionar simultáneamente.
Sin embargo, con menos potencia, aumentará la probabilidad de que se produzcan cortes eléctricos.
Si revisas tus hábitos y compruebas que no necesitas tener muchos aparatos encendidos al mismo tiempo, puedes considerar reducir la potencia contratada. Esto es una manera efectiva de cómo ahorrar energía en casa.
Pongamos un ejemplo, si normalmente tienes contratada una potencia de 5,5 kW para cubrir el uso simultáneo de varios electrodomésticos, como el aire acondicionado, la lavadora y el horno, durante las vacaciones puedes reducirla a 2,3 kW.
Esto es suficiente para mantener algunos electrodomésticos en funcionamiento mínimo, como el frigorífico, sin necesidad de pagar por una potencia más alta que no vas a utilizar. Con este pequeño ajuste, podrías ahorrar alrededor de 40€ en tu factura de la luz durante el tiempo que estés fuera de tu vivienda.
Sin embargo, reducir la potencia contratada no es una decisión que deba tomarse a la ligera. Si se baja demasiado, podría haber cortes de energía al encender varios electrodomésticos al mismo tiempo, como la vitrocerámica y la lavadora.
Si la reducción afecta a tu vida diaria a la vuelta de las vacaciones, tendrás que volver a aumentar la potencia contactando con tu compañía eléctrica, lo cual implica un costo adicional que podría anular los ahorros obtenidos. Por ello, es importante informarse sobre los costos y el procedimiento para cambiar y ajustar la potencia contratada, ya que muchas veces pagamos por una potencia eléctrica mayor a la que realmente necesitamos.
Evaluar el consumo real y reducir la potencia contratada puede ser una excelente manera de ahorrar dinero en casa. Además, es una medida que no requiere inversión inicial, solo un análisis de nuestros hábitos de consumo.
Aprovecha la luz solar
El ahorro energético en el hogar es una preocupación constante, y uno de los consejos más comunes es aprovechar al máximo la luz natural para reducir el consumo de electricidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la iluminación no suele ser el principal factor que incrementa las facturas de energía.
Conocer los horarios de la luz para aprovechar la luz solar es una estrategia clave en el ahorro energético en casa. Mantén las cortinas abiertas durante el día para que la luz natural ilumine tu hogar y evita encender luces innecesarias.
Aunque el aprovechamiento de la luz solar es una buena práctica, no genera un impacto drástico en tus gastos energéticos. El verdadero ahorro proviene de otras áreas, como la climatización y la generación de energía. Aquí te explicamos dos acciones clave que puedes reducir tus facturas:
Climatización. Es importante ajustar la temperatura de tu hogar de manera eficiente. Algo tan simple como subir o bajar las persianas según la estación del año puede ayudarte a mantener la casa fresca en verano y cálida en invierno sin depender en exceso de sistemas de calefacción o aire acondicionado.
Por ejemplo, en verano, mantener las persianas bajadas durante las horas de mayor sol puede evitar el sobrecalentamiento del hogar, mientras que en invierno, subirlas para aprovechar el calor del sol te ayudará a reducir la necesidad de calefacción.
Instalar placas solares. La instalación de placas solares lleva este concepto un paso más allá, transformando la energía solar en electricidad que podemos utilizar para alimentar nuestros hogares. Al igual que abrimos las ventanas para aprovechar la luz natural, los paneles solares captan la luz solar y la convierten en electricidad.
La inversión en energía solar es una de las formas más efectivas de reducir tus facturas de electricidad. Con paneles solares, puedes generar tu propia energía, disminuyendo la dependencia de la red eléctrica y reduciendo tus costes mensuales. Además, es una solución sostenible que ayuda a reducir la huella de carbono de tu hogar.
Las placas solares te permiten aprovechar la luz solar incluso en los momentos en que no estás en casa o cuando hay poca luz natural. Utilizando esta fuente de energía limpia y renovable, puedes generar tu propia electricidad y disminuir tu gasto mensual en energía.
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Concentra la energía de tu casa
La mayoría de nosotros tenemos hábitos automáticos en casa que realizamos diariamente sin pensar mucho en ellos. Acostumbrado a cerrar las cortinas a mediodía, o mantener el termostato a 22°C, por mencionar algunos ejemplos de comportamientos que raramente cuestionamos.
Estos hábitos también se reflejan en cómo utilizamos nuestra casa. Usamos las diferentes habitaciones de acuerdo a rutinas establecidas, como comer en el salón o en la cocina, o incluso algunos en el dormitorio. Sin embargo, algunos hábitos pueden ayudarnos a ahorrar energía si concentramos su uso solo donde es necesario.
Plantea tu hogar como un conjunto de habitaciones diferentes, con usos distintos, y que pueden consumir energía según las necesidades específicas. Imagina a alguien que trabaja desde casa y quiere ahorrar energía en una casa, puede reducir un 80% su gasto energético si calienta solo la habitación donde trabaja, en lugar de toda la casa. De este modo puede reducir significativamente la factura.
Ahorrar energía implica introducir estos cambios de hábitos poco a poco. Así, optimizamos el consumo energético, concentrando el gasto en las partes de la casa donde realmente es necesario. De esta manera, el sistema de calefacción o aire acondicionado trabajará de forma más eficiente, logrando un ahorro energético en casa considerable.
Tomemos un ejemplo práctico, imagina que estás en tu casa de 75 metros cuadrados y vas a pasar un buen rato cocinando. Sabemos que la cocina es una de las áreas más activas del hogar, y mantenerla a una temperatura agradable mientras preparas tus comidas puede hacer la experiencia mucho más agradable.
Si tu cocina mide 10 metros cuadrados, en lugar de enfocar toda tu energía en climatizar los 75 metros cuadrados de la casa, puedes centrarte únicamente en esos 10 metros cuadrados de la cocina. Al pasar horas cocinando no es necesario climatizar cada rincón del hogar, en su lugar, enfócate en las zonas donde pasarás más tiempo.
Puertas cerradas
El hecho de cerrar las puertas suele asociarse más con la privacidad que con el ahorro de energía en casa. Sin embargo, este simple hábito puede ayudarte a reducir significativamente tu factura de electricidad.
Por ejemplo, si una habitación conecta con un pasillo que a su vez también tiene una puerta, cerrar ambas puertas crea una cámara de aire. Esto funciona como un aislante que reduce la pérdida de calor, similar a lo que sucede con las ventanas abatibles, y es una excelente manera de ahorrar energía.
Un hábito muy común en las personas mayores que vivían en áreas rurales era apagar las luces y cerrar las puertas de las habitaciones que no usaban para climatizar y ayudar a mantener el calor en el núcleo de la casa. Mantener las puertas cerradas evita que el calor se disperse, optimizando el uso de la energía generada.
En verano, también existe la posibilidad de mantener las puertas abiertas para facilitar la circulación del aire y reducir la necesidad de ventiladores o aire acondicionado. Adoptar todas estas prácticas en la actualidad permite ahorrar energía y aprovechar mejor el calor en nuestro hogar, evitando su desperdicio.
Uso de electrodomésticos más eficientes
La eficiencia de los electrodomésticos es fundamental para el ahorro energético en el hogar. Quedarse atrás en tecnología puede resultar costoso. Optar por electrodomésticos con etiquetas de eficiencia energética, como A o B, puede reducir considerablemente el consumo de energía.
Además, es importante considerar que entre el 55% y el 60% de la electricidad total que consumimos proviene de los electrodomésticos. Por lo tanto, al optar por electrodomésticos eficientes, no solo estarás reduciendo el consumo de energía, sino también ayudando a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye a un planeta más sostenible.
Una clave importante para aprender cómo ahorrar dinero en casa es observar los datos de consumo específicos de los electrodomésticos. Un frigorífico con etiqueta C puede consumir alrededor de 250 kilovatios hora (kWh), mientras que otro con etiqueta de tipo B puede consumir aproximadamente 200 kWh y uno de tipo A 150 kWh. La diferencia se traduce en un ahorro energético en el hogar y menores costos en la factura eléctrica.
Cada vez son más los electrodomésticos con sistema eco, diseñados para optimizar el uso de recursos, reduciendo significativamente el consumo de energía y agua sin dejar de lado el rendimiento.
Estos aparatos, al operar en modos de eficiencia mejorada, no solo ayudan a disminuir las facturas, sino que también contribuyen a la preservación del medio ambiente al reducir las emisiones de carbono y el desperdicio de recursos. Incorporar electrodomésticos eco en tu hogar es una forma sencilla y efectiva de promover también la sostenibilidad.
Además, combinar electrodomésticos eficientes con placas solares en tu hogar te permite reducir aún más tus facturas de energía. Los electrodomésticos de alta eficiencia (A) consumen menos electricidad, lo que maximiza el aprovechamiento de la energía generada por las placas solares. Cambiando todos los electrodomésticos de tu hogar a los que tienen etiqueta de eficiencia energética A, ahorrarás hasta 70€ al año. Esto multiplica el ahorro económico, al aprovechar al máximo una fuente de energía limpia y gratuita.
Descubre cuánto podrías ahorrar
Cambiar los hábitos de lavado e higiene
Cambiar nuestros hábitos de higiene y de lavado pueden ser otras medidas eficaces para ahorrar energía en casa, vivir de manera más sostenible y estirar nuestro presupuesto mensual y anual. Por ejemplo:
Usar el lavavajillas en lugar de lavar los platos, vasos y cubiertos a mano puede ahorrar hasta 30 litros de agua al día, según datos del Canal de Isabel II.
Además, no sólo ahorras agua y energía, sino que también ahorras en esfuerzo al no tener que estar parado en el fregadero lavando los platos.
De manera similar, sustituir la bañera por la ducha promueve el ahorro, ya que cada minuto de ducha consume entre 8 y 15 litros de agua, un recurso valioso que implica un costo económico.
Adoptar estos cambios de hábitos puede tener un gran impacto en el ahorro general de energía y recursos. Cada pequeño ajuste cuenta y, sumados, pueden representar un ahorro significativo tanto para el bolsillo como para el medio ambiente.
Planificar comidas
Planificar las comidas también contribuye al ahorro energético en casa. Priorizar alimentos que requieren poca o ninguna energía para su preparación es una excelente estrategia. Muchas frutas, verduras, hortalizas y legumbres pueden disfrutarse en platos fríos o templados, lo que reduce significativamente el consumo de energía en comparación con la preparación de carnes, pescados o alimentos precocinados.
Además de ser más saludable, esta práctica permite ahorrar tanto en energía como en gastos, ofreciendo un doble beneficio. Otra de las medidas es cocinar grandes cantidades de alimentos y conservarlos adecuadamente, evitando el uso frecuente de la vitrocerámica o de electrodomésticos como hornos.
También existe la posibilidad de utilizar métodos de cocción que requieran menos energía, como ollas a presión o microondas, siendo una excelente estrategia para el ahorro de energía en el hogar.
La energía solar como ahorro energético en el hogar
Si estás cansado de ver cómo tu factura de la luz aumenta mes a mes y estás buscando formas sostenibles y eficientes para reducir el consumo de energía en tu hogar, la energía solar es la solución. Incorporar una instalación de placas solares en tu hogar no solo te permite ahorrar en tus facturas de electricidad, sino que también contribuye a un futuro más limpio y sostenible.
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